Traductores y Correctores de Pruebas:

Pepo González

Le encontré en una visita a Nicaragua con un grupo de Puertorriqueños. El nos escribió:

SOY ALBIZISTA, y como él, creo que solamente nuestra patria, Puerto Rico, será libre y soberana, sin condiciones impuestas por el invasor norteamericano.

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Roberto Rabín

Después de publicar mi libro, Voices for Independence, tuve la oportunidad de conocer a Roberto Rabín y a su compañera Nilda Media, y gozar de su amistad y hospilidad en la Isla de Vieques.

Antes de trasladarse a Vieques, donde trabaja como profesor de historia en la escuela secundaria desde 1981, Roberto recibió su Bachillerato en Historia y Sociologia y realizó estudios hacia la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Massachusetts, Boston. En aquella ciudad trabajó en las escuelas pùblicas como maestro bilingüe.

En Vieques ha participado activamente junto a Nilda organizando actividades contra la presencia de la Marina de Guerra de Estados Unidos. Organizó la Colección Viequense, centro de investigación socio-histórica que incluye una amplia sección de documentos y materiales audio-visuales sobre la presencia militar y sobre la lucha del pueblo por rescatar las ¾ partes de la isla expropriada por los militares en los años cuarenta. Ha ofrecido conferencial sobre la presencia militar en Vieques para diversos grupos en la Universidad de Puerto Rico, la Universidad Interamericana, Oxfam América (Boston), el Ateneo Puertorriqueño, la Asociación de Educación Bilingüe de las Islas Vírgenes, grupos escolares en Vieques y en la Isla Grande de Puerto Rico.

Durante los ùltimos diez años ha ofrecido charlas y orientaciones para un gran nùmero de grupos que han llegado a Vieques para conocer más sobre el impacto de la presencia militar en la Isla y sobre la histórica lucha del pueblo viequense por vivir en paz en su propia tierra. El profesor Rabín ha pubicado artículos sobre la histora viequense y la y la problemática de la presencia militar en los periódicos locales y en revistas de la Universidad de Puerto Rico y la Universidad de América en Bayamón.

La ocupación de Vieques por la Marina de Guerra de Estados Unidos es un aspecto grave de la situación colonial de Puerto Rico y ejemplifica la explotación que sufren la tierra y el pueblo viequense-puertoriqueño.

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Juan Segarra Palmer

A Juan Segara—como a los otros sentenciados (por el robo de Wells Fargo, en Hartford, Connecticut)—no se le encontró cupable de ningún delito relacionado con armas de fuego, ni de asesinato o intento de asesinato, según Claridad. Sin embargo, su sentencia es más larga que la de un convicto por esos delitos (65 años). Al que realizó el robo más grande en la historía de Estados Unidos lo sentenciaron a cumplir 15 años de prisón.

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Alejandrina Torres

[Una revisión de un artículo en Unidad Communal]

Una mujer puertorriqueña, madre, esposa y luchadora por la libertad de su pueblo estaba muriendo poco a poco en un calabozo subterráneo de una cárcel federal, sin ver la luz del día, bajo el ojo de una cámara que continuamente observaba y registraba todos sus movimientos.

¿Quién es y qué "atrocidades" habrá cometido esta mujer para ser así castigada por el gobierno norteamericano?

Alejandrina Torres nació en el Barrio Florida de San Lorenzo hace 49 años, la novena hija de una familia de diez hermanos. Su familia se vio obligada a emigrar en busca de trabajo a la ciudad de Nueva York cuando ella tenía once años de edad. Alejandrina estudió en las escuelas públicas norteamericanas y desde su adolescencia comenzó a trabajar como voluntaria con las agencias gubernamentales que ofrecían asistencia social a las comunidades pobres. Fue victima del prejuicio racial en la escuela y testigo de la injusticia que viven los pobres que dependen de las agencias del gobierno para sobrevivir. Estas tempranas experienciencias la llevaron a entender muy pronto en su vida la importancia de que los puertorriqueños se organizaran para encontrar soluciones a sus problemas de vivienda, empleo y educación. También la llevaron a definirse como una luchadora independentista y a reconocer el derecho de los pueblos a usar todos los medios de lucha existentes para lograr su libertad.

A los 24 años Alejandrina se trasladó a la ciudad de Chicago y más tarde se casó con el Reverando José A. Torres, pastor de la Primera Iglesia Congresional de Chicago, a la que asiste una gran parte de la comunidad hispana de esta ciudad. Al ingresar en la iglesia, Alejandrina se dedicó a trabajar junto a los grupos religiosos que brindaban servicios sociales a las personas necesitadas de la comunidad. Dedicó gran parte de su esfuerzo a desarrollar proyectos para mejorar la educación y la salud de los puertorriqueños. Junto a otros puertorriqueños colaboró en la creación de una escuela superior en la que se enseñara la historia y los valores de Puerto Rico. Mas adelante trabajó como maestra en esta escuela. Fue también una de las fundadoras de la Clínica Ramón Emeterio Betances, que ofrece servicios médicos a personas indigentes de escasos recursos económicos.

El 29 de junio de 1983 Alejandrina Torres, junto a otros tres puertorriqueños, fue arrestada por el FBI y acusada de Conspiración Sediciosa. Esto quiere decir "reunirse y tomar acuerdos con otras personas para oponerse mediante la fuerza a la autoridad del gobierno de los Estados Unidos." Por esto delito fue condenada a 35 años de reclusión en las cárceles federales. Esta mujer, que no ha cometido ningún crimen violento y ha dedicado su vida a luchar por los derechos de los pobres, deberá cumplir una condena de 35 años de cárcel por creer y afirmar el derecho de los pueblos a luchar por su libertad. Este es un derecho que la Organización de las Naciones Unidas ha reconocido a todos los pueblos coloniales, pero que el gobierno de los Estados Unidos no reconoce a los puertorriqueños.

Sin embargo, el gobierno norteamericano estima que 35 años de cárcel para Alejandrina no es suficiente castigo. Ella fue trasladada a la Unidad de Control en la prisión federal de Lexington, Kentucky. Esta unidad tenía como propósito forzar a las prisioneras políticas a renunciar a sus convicciones políticas o suicidarse mediante diversas formas de tortura mental como son la siguientes:

  1. Estaba encerrada en una pequeña celda subterránea, casi del tamaño de un calabozo, continuamente iluminada por la luz brillante de un foco.
  2. Estaba vigilada en todo momento por una cámara dentro de la celda, sin privacidad alguna.
  3. Fue sometida a registros de todo su cuerpo, incluyendo humillantes exámenes vaginales y rectales efectuados por guardias varones, cada vez que entraba y salía de su celda.
  4. Fue privada de los servicios médicos y la dieta necesaria para su padecimiento del corazón.
  5. Fue sometida a ruidos constantes para impedir que durmiera profundamente.
  6. Se le negió comunicación alguna con otras prisioneras.
  7. Se le negían servicios religiosos y de oración en grupo.

Las brutales condiciones de encarcelamiento a las que el gobierno de los Estados Unidos había sometido a Alejandrina Torres habían afectado su salud a tal grado que sus familiares y amigos temían por su vida. Alejandrina había estada perdiendo la vista, padecía de mareos y tenía dificultad para concentrarse. Pero más grave aún es que su padecimiento del corazón había empeorado y había rebajado alrededor de 40 libras.

Seis años de humillaciones y torturas no han quebrantado el expíratu de Alejandrina Torres. Ella continúa enfrentando con coraje y dignidad los abusos y la brutalidad del sistema de cárceles norteamericano.

En 1990 la Unidad de Control de la prisión federal de Lexington fue cerrado y Alejandrina ha sido traslada a la Institución Federal de Corrección de Pleasanton, California.