J. Benjamín Torres

Al enterarnos del fallecimiento de J. Benjamín Torres nos sentimos fuertemente conmovidos. Tenía tan sólo 39 años. Dejó de estar entre nosotros un 7 de abril de 1986 y sus restos reposan en el cementerio del Viejo San Juan, al lado de la tumba de Albizu Campos. Este honor le fue concedido por su labor de rescate de una gran cantidad de documentos históricos relacionados con Albizu. Por eso se le conce como su biógrafo.

El Boletín del Partido Nacionalista, en su obituario, expresó su agradecimiento por el testimonio hermoso y generoso que brindó ante la corte federal en caso de Carlos Noya y Federico Cintrón, ambos condenados a la cárcel por desacato tras negarse a participar en una investigación política llevada a cabo por un gran jurado federal. "Era profesor, pero también `Maestro.' Siempre nos sentiremos agradecidos."

Entrar al apartamento de Benjamín Torres era como visitar un archivo. Estantes de libros, folletos, fotos y recortes constituían parte de la enorme investigación que realizara para editar los libros dedicados a la obra y vida del Lcdo. Pedro Albizu Campos. Cuatro de estos tomos recopilan los artículos, ponencias, discursos y correspondencia del gran líder nacionalista entre 1923 hasta 1936. Estaba preparando otro tomo que contiene documentos entre los años 1937 y 1954 cuando murió. Existe también un libro de disertaciones escritas con relación a Albizu, y uno adicional que reproduce fotos, cuadros, bocetos y esculturas de Albizu. Torres siempre compartió la información que poseía.

El interés que el Profesor Torres tenía en Albizu fue inspirado por la lectura que hizo de la biografía escrita por la esposa de Albizu, doña Laura Meneses de Albizu. Su curiosidad le llevó a buscar en los periódicos de la época y a entrevistar a todos aquellos que tuvieron la suerte de conocer al Maestro. Escogió el nacionalismo como tema para su tesis de maestría en la Universidad del Estado de Nueva York, "Historia del Partido Nacionalista entre 1922 y 1937."

Benjamín se tildaba a sí mismo como la oveja negra de su familia, pues poco a poco se envolvió y se comprometió más y más con la independentismo. Su madre, miembro del Partido Popular Democrático (PPD), abogaba por que se mantuviera el status actual de Puerto Rico, mientras que su padre era "penepé", del Partido Nuevo Progresista (PNP), y abogaba por la estadidad.

Su empleo, como profesor de Historia de Puerto Rico en la Universidad del Turabo, le facilitó que pudiera realizar sus investigaciones.

El Profesor Torres había empezado a desarrollar planes para crear el Instituto Albizu Campos en San Juan, con el propósito de servir de biblioteca y archivo y centro de documentación y proveer información a estudiantes investigadores, y cualquier otro que tuviera interés. Propiciaría trabajos de investigación del pensamiento y la obra de don Pedro, así como sobre la realidad de la historia puertorriqueña, en la seguridad de que al profundizar el entendimiento de los valores culturales puertorriqueños contribuiría al desarrollo de una conciencia nacional tan imprescindible para la lucha por la liberación del dominio colonial.

Películas y documentales con relación a Albizu se preparan para su difusión por radio y televisión, y como curriculum para las escuelas públicas. Junto con el desarrollo del Instituto, se preparan actividades para conmemorar el centenario del natalicio de don Pedro, que nació el 29 de junio de 1893. Esta fecha coincide con lo que se llama el quinto centenario del "descubrimiento" de Puerto Rico, o sea, la colonización de Puerto Rico por España el 19 de noviembre de 1493.

El Instituto también coopera con la labor de montar una estatua de don Pedro en Ponce, la ciudad de su natalicio. El trabajo continúa, no obstante la pérdida de la mano guía del Profesor Torres.

Como miembro del Comité de Intelectuales de Puerto Rico, el profesor Torres tuvo el privilegio de participar en su segundo encuentro en Cuba. Fue para él una experiencia muy hermosa.

Como conocedor de la vida y el pensamiento de Albizu, Benjamín Torres pudo apreciar las cualidades sobresalientes de su personalidad, no sólo de un gran intelecto y una oratoria poderosa, sino también como un hombre tremendamente carismático, de un enorme amor por toda la humanidad y de un compromiso total con la independencia de su país. Su inteligencia y compasión le ganaron el respeto tanto de sus amigos como de enemigos.

Las contribuciones de Torres a la causa de la independencia fueron elogiadas en el momento de su muerte. Claridad citó su definición de patriotismo como "lo que ofrece la vida y el sacrificio de la libertad y la seguridad personal al servicio de la sociedad". Claro que Torres cumplió con ese ideal durante su vida. "La injusticia acumulada durante 500 años," Torres escribió, "nos obliga a reclamar el derecho de hablar con voz propia, escribir nuestra historia y de comprometer nuestra pasión a la defensa de nuestra plena liberación."

Luis Nieves Falcón, presidente del PEN Club de Puerto Rico (una organización internacional de poetas, ensayistas y novelistas) escribió de Torres: "Su armonía espiritual, su hablar pausado, fueron la expresión del valor interno de un ser humano que dedicó su corta vida, pero fértil, a la labor de restaurar la figura de don Pedro, y del nacionalismo puertorriqueño. Lo hizo de manera equilibrada y crítica, pero con afecto. Con Benjamín desaparece uno de nuestros luchadores; uno de nuestros hombres verdaderamente libres."

Awilda Palau nos habla de que los más connotados intelectuales jóvenes y viejos nacionalistas, comunistas, burgueses y proletarios vinieron de todas partes de Puerto Rico para asistir al funeral. Ella lo describe como un hombre gentil, cariñoso, trabajador infatiguable e internacionalista.

Marisa Rosado, secretaria del Comité de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos, contó cómo, a punto de morir, él había besado con ternura la bandera puertorriqueña. "Aunque no realizó todo lo que él quiso," aseveró, "logró mucho en tiempo corto, gracias a su vida disciplinada."

[Traducción por Laura Albizu Meneses]

.