Andrés Jiménez

No podía equivocarme, se trataba de Andrés Jiménez, quien acababa de entrar al apartamento de su amigo en Oakland, California. Con su sombrero de paja, él lucía idéntico a la fotografía en la cubierta del álbum que nos había regalado, Barlovento, Canto a América Latina. El se hallaba de gira por California, compartiendo sus canciones ricas en la tradición puertorriqueña.

Su natural tono bajo dejaba ver a un hombre de suma modestia a medida que nos hablaba. Famoso como cantante jíbaro, Jiménez es natural de un pequeño pueblo en las montañas, y uno de quince hijos.

Los jíbaros, la gente pobre de las montañas, poseen un innato sentido de libertad. En sus canciones Jiménez expresa tanto su amor por la vida, como el amor por esa libertad, la cual él llama, el más alto objetivo del ser humano. En su cantar, él trata de diversas faces del amor, el amor entre el hombre y la mujer, el amor entre los seres humanos, el amor por la patria. Estas expresan momentos de angustia, de tristeza y depresión, así como de la soledad que experimenta la humanidad. Aunque en su corazón lleva la causa de independencia, sus canciones no son canciones de protesta. El prefiere que éstas sirvan para despertar en el pueblo profundos sentimentos por sus tradiciones y por el mejoramiento de su patria, que le mantengan vivo a la realidad, en su confrontamiento con la vida.

Su propio despertar ocurrió a la edad de diecisiete años. El se mudó para la Ciudad de Nueva York y fue llamado a servir en el ejército americano. La acción en Vietnam le llevó a apreciar la existente opresión del hombre por el hombre y la realidad del control colonial, que le había envuelto a sí mismo, en una guerra que en nada estaba relacionada con su propio pueblo, Puerto Rico.

La pasión de este cantor por el amor y la libertad, se expresa a sí misma, mediante sus escritos y canciones, los cuales le han conducido a su éxito presente y a su posición de artista nacionalmente conocido y escuchado, quien cuenta con muchísimos admiradores, tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos.

Andrés afirma que la solución al auge en la criminalidad que confronta Puerto Rico se halla en la subvención por el gobierno de iguales derechos educacionales para todos en la enseñanza pública sobre la realidad política y económica de Puerto Rico y la total eliminación de la explotación del pobre y del hambriento. Desarrollando en los puertorriqueños un espíritu de orgullo nacional puede hacerlos más fuertes para soportar las tentaciones en las que caen los confundidos y los inestables, da a entender él. El está convencido de que los puertorriqueños se hallan totalmente capacitados como para resolver todos sus problemas sin la intervención de los Estados Unidos y sin depender de estos para nada. De hecho, es esa intervención en primer lugar la causante de todos los problemas que confronta el pueblo de Puerto Rico. Actualmente, la tendencia es la de depender del poder y las riquezas de su colonizador y esto les priva de poder reconocer su propio potencial. Ese es el efecto psicológico de quinientos años de colonización. El problema presente es el de romper con la dependencia económica y desarrolar su propia industria y una fuerte economía.

Jiménez tiene confianza en la nueva generación de puertorriqueños nacidos de la década de los sesentas en adelante. El puede notar el fortalecimiento de las fibras del autonomismo en todas las esferas sociales. Cuando tenía 17 años favorecía el status-quo. "Si yo puedo cambiar, también pueden otros," afirma él con cierto humor en sus palabras.

Su esperanza también está puesta en la lucha de Latinoamérica por su libertad y en el hecho de que los Estados Unidos están perdiendo su poder en esa área. Puerto Rico no está solo en su lucha por la libertad, señala él. La consciencia de todos los opresores está envuelta.

El no siente la amenaza de acosamiento y persecución de parte de las autoridades federales. Aunque está consciente del poder de los órganos de inteligencia de los Estados Unidos y de sus hábiles métodos de operación usados contra los independentistas, él ha decidido ignorar cualquier tipo de amenaza que se desate contra él.

El ve el poder del amor venciendo la opresión. Confía que la independencia llegará si no durante su vida, por lo menos durante la de sus nietos. Todo esto está expresado en sus canciones. "Uno no puede ser poeta sin amar la libertad," me dice él, como ya me lo había dajado saber Francisco Matos Paoli.

Una artista amiga de él que nos escuchaba dijo haber notado algo de influencias Arábigas en su música. La influencia española la lleva él en su sangre, explica él, y España ha sido influida por los Moros. Ella reveló también un sentimiento de visión global en sus canciones. "Ellas causan en mí el efecto de un abridor de botellas," dijo ésta. "Las mismas abren mi estímulo a la creatividad y a perseguir ésta en mis pinturas."

El seamanario Claridad, en una reseña del disco "El Jíbaro" declaró que el mismo contenía tres temas universales: la concepción humana del destino, momentos de angustia, tristeza y depresión, y la soledad de la humanidad ....

De Chuito, otro cantante jíbaro, Jiménez expresó un pensamiento que muy bien podía aplicarse a si mismo:

Muchas canciones surgen
Producidas con tu arcilla,
Nacidas de tus semillas,
Maestro de trovadores ....