Ramón “Chino” Santiago

Un miembro más modesto de la comumidad de Villa Sin Miedo, pero no por ello menos importante, lo es Ramón Santiago, mejor conocido por "Chino". Su casa fue una de las últimas en ser desmantelada para ser transportada a la nueva localidad de la comunidad. Mientras esperaba el camión para la salida final de los cinco acres que les había prestado la Iglesia Episcopal en Saint Just, Chino se apuraba por limpiar hasta la última pizca de basura que se pudiera hallar en los alrededores. Era el orgullo que sentía hacia su comunidad, el orgullo de ser puertorriqueño, lo que le motivaba a querer dejar el área aquella, más limpia de lo que ellos la habían encontrado dos años atrás. Las casas habían sido construidas de modo que se pudieran desarmar con suma facilidad y las plantas habían sido llevadas en su maceteros o tiestos.

Como el poeta y filósofo de la comunidad, Chino prevé una vida de independencia económica, confirmando con ellos que uno puede vivir y sostenerse a sí mismo, sin necesidad de la ayuda del gobierno. Ve el colonialismo como el sostenedor de sanguijuelas que dependen del bienestar público y de los sellos de alimentos; mas trabajando unidos en mutuo apoyo, una comunidad puede liberarse de esas ataduras de dependencia y proveer para sus propias necesidades. Si una calle necesita ser reparada, uno no tiene que esperar por el gobierno para repararla. Esa es la filosofía de Chino. Uno hace el trabajo uno mismo. Este es un paso hacia la independencia, que el gobierno colonial teme y quiere destruir, no sea que el concepto de autosuficiencia se propague por todo el país y menoscabe el control colonial. "Al pueblo se le ha implantado un bloqueo cerebral," declara. "Y este es el temor de que ellos no pueden sobrevivir sin el apoyo del colonizador."

Como hijo de un Nacionalista, Chino fue testigo de aquellos días en que era peligroso el ponerse una camisa negra, símbolo de los Cadetes Nacionalistas. Su padre apenas escapó a ser asesinado por la policía y huyó a los Estados Unidos.

Chino, por su parte, se unió al Partido Independentista, un partido dedicado a un enfoque no violento hacia la independencia. Anhela ver la independencia antes de morir. No ve problema alguno en cuanto a que Puerto Rico pueda sostenerse a sí mismo con los recursos naturales con que dispone en la actualidad. De la historia recuerda que cuando España le concedió la autonomía a Puerto Rico, había suficiente oro para la fabricación de las monedas que ellos llamaban pitirres, el nombre de un ave nativa de Puerto Rico.

Durante los últimos cinco años, Chino ha notado una marcada tendencia de regreso a la tierra. Su comunidad ha sido un noble ejemplo de ello. A esa visión suya le ha dedicado una serie de poemas, los cuales espera publicar en un futuro no lejano. Una estrofa de uno de ellos dice:

Vamos a izar nuestra bandera por la libertad
Vamos a ser fuertes y unidos
Compartamos la fe de nuestra identidad
Uno con todos, todos unidos